La Producción
Para que la empresa pueda llevar a cabo su actividad será preciso que disponga de unos medios técnicos, humanos y económicos que, debidamente coordinados, llevarán a la fabricación o comercialización del producto o a la prestación del servicio.
En este apartado del Plan de Empresa se determinarán los medios técnicos con los que la empresa deberá contar para ejercer su actividad, que tendrán especial importancia en las empresas industriales. No obstante, en las empresas comerciales y de servicios también será preciso establecer las necesidades en lo que a locales, mobiliario e instalaciones se refiere.
La empresa necesitará unos locales y unas instalaciones que le permitan desarrollar su actividad y que deberán ser definidos a la hora de elaborar el Plan de Empresa, pensando no sólo en las necesidades iniciales, sino también en las posibles ampliaciones que puedan ser necesarias.
Terrenos, superficies cubiertas, locales, instalaciones de energía eléctrica, aire comprimido, aire acondicionado, agua, etc., zonas e instalaciones de almacenamiento, sistemas de seguridad, etc., son temas a tener en cuenta a la hora de realizar el Plan.
Dentro del apartado de producción la gestión de compras o aprovisionamiento ocupa un importante lugar, incidiendo tanto en empresas industriales como comerciales.
La empresa debe gestionar sus compras de forma que en todo momento pueda disponer de las materias primas o productos necesarios, asegurándose su reposición en plazos concretos y con el menor coste posible para la misma.
Ello llevará a que se definan las necesidades de compra y se seleccionen los posibles suministradores. A la hora de efectuar esta selección, habrá que tener en cuenta el precio de los productos, la calidad, los plazos de entrega y la categoría de la empresa suministradora.
Una vez definidas las necesidades de materias primas y de productos que la empresa va a necesitar para ejercer su actividad, habrá que definir el volumen de los mismos que va a mantener de forma permanente en sus instalaciones.
Dado que mantener un cierto nivel de existencias supone incrementar los costes de la empresa, la gestión de las mismas debe ser objeto de un detenido estudio que permita asegurar en todo momento su disponibilidad con el menor coste posible.
A la hora de definir el volumen de existencias necesario, habrá que tener en cuenta las posibles interrupciones que puedan ocurrir en el suministro de las mismas, lo que obligará al mantenimiento de unos stocks de seguridad que aseguren el funcionamiento de la empresa.
Otro aspecto importante a considerar es la necesidad de asegurar en todo momento la calidad de los productos de la empresa y las materias primas o productos que adquiera. Ello puede obligar a que se establezca el correspondiente control de calidad, que limite o elimine los costes que la no calidad supone.
Ahora bien, la calidad no sólo debe entenderse referida a los productos de la empresa, sino que debe extenderse a todos los niveles de la misma, de forma que pueda convertirse en un factor diferenciador que refuerce su imagen, especialmente en momentos en que la calidad y el diseño son aspectos altamente valorados.